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Almería Lawn Bowling, bolos sobre hierba en Los Gallardos

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Cuando nos hablan de jugar a los bolos en Almería, a todos se nos viene a la cabeza el estereotipo americano y esa escena del Sr. Burns con serias dificultades para levantar y soltar la bola o aquella otra de El Gran Lebowski en la que John Turturro lame la bola y se marca primero un strike y luego un baile mientras suena “Hotel California” de los Gipsy Kings.

Pero en Weeky hemos descubierto un club de bowling en Almería, en Los Gallardos, en el que los bolos se juegan sin bolos, pero con bolas, de una manera similar a la petanca o las bochas, y sobre césped. Un juego con tradición de siglos en Inglaterra al que, dicen, el mismísimo pirata Drake jugaba, queriendo terminar una partida antes de atacar los barcos españoles.

El Almería Lawn Bowling Club está ubicado en el Camping Los Gallardos y recibe mucho turismo principalmente de personas jubiladas, durante el verano de carácter nacional, pero su punto fuerte llega en invierno cuando arriban los turistas británicos, quienes pasan largas estancias. Los vecinos de los municipios cercanos también acuden a las instalaciones para practicar bowling en Los Gallardos e incluso tomar parte en las competiciones que se celebran durante el año.

Para usar las pistas de césped artificial, hay que ser socio del club, pero esta membresía se puede realizar desde tan solo un día por 7 euros, o 12 si se trata de una pareja hasta los que pasen varios meses, siendo el máximo de un año por 220 euros el abono individual y 380 el doble.

En el juego, los capitanes arrojan un boliche y, desde el extremo opuesto, los jugadores deben hacer rodar las bolas hasta dejarlas lo más próximas posible al objetivo (no arrojándolas, como sería el caso de la petanca). Y en Almería Lawn Bowling, es requisito indispensable ir vestido de blanco.

Los interesados en disponer de más información, pueden solicitarla en el correo [email protected].

 

Imagen: Tito Sánchez Núñez.

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Sobre el autor

Es el pirata con mejor forma física de toda la tripulación. Su brújula siempre apunta hacia alguna competición deportiva, ningún medio se le resiste. Bien sea por tierra, mar o aire, en su cuaderno de bitácoras registra todo tipo de actividades y eventos, sin importar edad o condición. En el palo mayor del galeón hay una canasta hecha con redes de pesca, en la que juega y enseña baloncesto durante las largas jornadas de navegación.