YELMO CINE TU BUTACA TE ESPERA

Buscando a Caperucita: bosques en Almería

2

“¿Almería? Ah, si, esa que tiene desierto y no tiene arboles…” Este pirata ha escuchado este tipo de prejuicios en los muchos puertos en los que ha ido recalando y descubre que la ignorancia es algo que no tiene límites. Nada mejor que desmontar esa falsa leyenda que mostrar que bosques, haberlos haylos y que en algunos de ellos, Caperucita de habría perdido sin remisión (aunque eso sí, sin ningún lobo que temer…)

Encina centenaria de Serón

Encina centenaria de Serón

Filabres, el pulmón de Almería
Su enorme masa forestal producto de repoblación en su mayor parte, hace de este espacio uno de los más densos de nuestra comunidad, cosa a tener muy en cuenta: ni más ni menos que 44.000 hectáreas.
En principio, los pinos laricios (de llamativa corteza plateada) y carrascos debieron ser los grandes protagonistas y hoy solo quedan testimonios en zonas como el pinar de Bayarque y aislados en Serón, Bacares, Lúcar y Partaloa. Las peculiares condiciones de esta zona de mediterráneo árido ubicadas a una sobre explotación provocada por su uso como combustible para herrerías y la minería así como la destrucción para crear amplios espacios para el cultivo y el pastoreo hizo que la sierra de los Filabres se deforestara a marchas forzadas. Del encinar, otrora mayoritario en él, solo quedan como recuerdo en zonas de Serón y Tahal, con encinas centenarias así como quejigos, coscojos y enebros. Una repoblación masiva de pinar a mediados del siglo XX volvió a dotar de masa verde a esta sierra tan almeriense que, sin embargo sigue en peligro por su delicado ecosistema.

Los últimos castaños
Otra zona donde sentir el corazón del bosque es en la Alpujarra y en concreto en los municipios de Bayárcal y Paterna del Río, donde los castaños son los grandes protagonistas así como como otros de hoja caduca como alisos y álamos que conforman casi los únicos bosques de galería que disponemos en nuestro territorio. Nuestros municipios más altos (superan los 1.000 metros de altitud) cobijan lugares donde perdernos e imaginar historias fantásticas. Un ejemplo es si seguimos este weekyenlace.

Alcornoques fantasmas, prados y bosques
Cabrera, nuestra sierra más joven, es también la que más ha sufrido la siempre torpe mano del hombre a la hora de cuidar su ecosistema. Si a esto añadimos fenmenos naturales como terremotos y tormentas eléctricas, el resultado es que al lado de zonas erosionadas resulten otras de bosque donde cobijarnos. De los alcornocales que poblaban la zona hace unos siglos pocos puedan pero para darnos una idea de bosque, nada mejor que ir al área recreativa de Murtal- La Limera y poder descubrir como rodeado de pinares, vemos el mar como sorprendente fondo.

Sierra María
Nuestro último destino forestal es el Parque Natural de Sierra María-Los Velez, donde otra vez el pinar pero acompañado de encinar nos saludan en sus faldas. En las más de 22 mil hectáreas, esta isla forestal está sobre todo poblada por el pino laricio y el carrasco, muy amigo de zonas donde la falta de agua hace huir a otras especies. Para comprender toda su riqueza, nada mejor que subir al Jardín Botánico del Mirador de la Umbría de la Virgen.

Comparte

Sobre el autor

Es el oteador de este galeón pirata. Catalejo en mano, nada más llegar a puerto, se adentra en terreno desconocido para descubrirnos enclaves espectaculares cuya existencia es ignorada, incluso, por los propios lugareños. Tiene el don de retratar en forma de dibujos aquello que ven sus ojos y que otros ni imaginan. Ahora bien, le pierden las fiestas populares y si coinciden con alguna de sus expediciones, su regreso puede durar días.