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Gádor: naranjas, minas y otras sorpresas

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Muchos pueblos de Almería aparecen como oasis en zonas como la del bajo Andarax donde los perfiles del desierto dibujan el mapa. Uno de ellos es Gádor, que desde el cielo aparece rodeado de naranjos que son como un salvavidas verde que le protege de la aspereza de su entorno y que le da su seña de identidad pues es el naranja y el verde su bandera. Un municipio que guarda estos tesoros que este pirata propone conocer.

letrero Gádor-Almería

Gádor

Un pueblo ferroviario
El ferrocarril ha estado unido desde hace más de un siglo al desarrollo de Gádor y luce, toda coqueta ella, su estación operativa, con paneles solares y con parada reglamentaria, toda una rareza en nuestra cada vez más abandonada linea ferroviaria. Dispone en su entorno de una pequeña playa de vías y de un depósito de agua monumental de principios del siglo XX, felizmente restaurado y que podremos ver mejor subiendo el camino al Molino Rojo.

estacion-tren-Gádor-Almería

Gádor

Minas y civilizaciones
Gádor dispone desde este mes de un bonito y funcional edificio, el Casa de Don Mariano (no confundir con La Moncloa, jojojo…), que acoge un Centro de Interpretación de la Minería de esta zona del Bajo Andarax donde explica de una manera didáctica su importancia desde Los Millares así como entender cómo el aprovechamiento del agua hace aparecer este oasis en una gigantesca maqueta interactiva donde descubrir pozos, acequias y cauces.

Centro de Interpretación de la Minería Gádor Almería maqueta

Centro de Interpretación de la Minería Gádor Almería

De placita en placita
Desde la Casa de Don Mariano, podemos ir viendo diferentes plazas donde encontrarnos símbolos de Gádor, como la del Azahar, la de la Maestra, al final de la calle Real que parte de la plaza del Ayuntamiento, y la de la Iglesia, con esa perspectiva imponente desde su escalinata.

plazacon escultura en-Gádor-Almería

Gádor

Una iglesia con historia
Llama la atención al pirata viajero que se acerque a su iglesia la monumentalidad que tiene y es que nació barroca y creció neoclásica, dandole un aspecto de solidez como de pequeña catedral. Ayuda esto el situarse sobre una loma donde destaca por su altura en el perfil del municipio.

Iglesia parroquial de Santa María -Gádor-Almería

Iglesia de Santa María

Los Millares
Gádor comparte con la vecina Santa Fé de Mondújar, el legado de los Millares, una civilización pionera que se asentó hace ya cinco mil años y que podemos visitar si seguimos esta weeky ruta. En el camino, podemos divisar el castillejo, una reliquia del pasado nazarí con un su base echado enormes piezas de adobe.

Los Millares, Almería

Los Millares

Entre naranjos
Un paseo por su vega es una de las de las mejores opciones que podemos hacer en una tarde de primavera, con el azahar explotando literalmente en nuestra pituitarias. Una borrachera de olores que nos indica el motor económico principal de Gádor y que tiene a bien celebrar cada febrero su multitudinario Día de la Naranja.

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Gádor

Parada y fonda
Los sabores de Gádor son otro de sus alicientes y es imperdonable no pasarnos por el Horno de Araceli, en la calle que sube al nuevo Centro de Usos Múltiples. Probar sus roscos o su hogaza de pan nos lleva a sabores que creíamos ya perdidos. Los embutidos son otro de sus reclamos, como los de Salinas, en la entrada de Gádor saliendo de la carretera de la Alpujarra.
De tapas, podemos tener la opción de ir a La Reja, con su carta de pescados o los menús muy nutridos y ajustados de precio. En frente, cruzando las vías del tren, está Los Ángeles, con una kilométrica carta donde los platos tradicionales como el trigo están recomendados y con su macropantalla, muy concurrida en días de fútbol.

Localización: Gádor

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Sobre el autor

Es el oteador de este galeón pirata. Catalejo en mano, nada más llegar a puerto, se adentra en terreno desconocido para descubrirnos enclaves espectaculares cuya existencia es ignorada, incluso, por los propios lugareños. Tiene el don de retratar en forma de dibujos aquello que ven sus ojos y que otros ni imaginan. Ahora bien, le pierden las fiestas populares y si coinciden con alguna de sus expediciones, su regreso puede durar días.