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La jaima de Costacabana, el último reducto de la fiesta y el mar

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Dice el diccionario que una jaima es una especie de tienda de campaña usada por los pueblos nómadas o del desierto. No obstante, creo que la jaima de Costacabana (Almería) se ha ganado el derecho a que añadan una segunda acepción al diccionario en la que se aclare que también puede ser un lugar de diversión, de relax o de cultura con una ubicación fija.

¿Por qué te cuento esto? Pues porque el mes de mayo se puso en marcha la cuenta atrás para que la jaima más famosa de Almería (sobre todo después de la defunción oficial de su prima de Los Escullos) abriera sus puertas al público otro verano más. De hecho, a principios de junio ya está montada la estructura bajo la que se cobijarán miles de almerienses para disfrutar de una buena bebida mientras escuchan la mejor música en un ambiente sin parangón. Esto significa que podemos esperar su reapertura veraniega, como siempre, a las afueras del barrio costero de Costacabana, entre el aeropuerto de la provincia y el mar Mediterráneo.

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Una vez abra sus puertas, la jaima no cerrará ningún día de la semana. Con uno de los horarios más flexibles de toda Almería, este singular establecimiento playero permanece abierto desde las doce del mediodía hasta las cuatro de la mañana. No obstante, es al caer el sol e imponerse la noche cuando comienzan todo tipo de actuaciones musicales en vivo o los monólogos más desternillantes. En cuanto a los conciertos, la fusión de estilos suele ser una marca de identidad de los grupos que pasan por el escenario de la jaima; Yakunde, Basaxba o Suplax son algunos ejemplos. Por otro lado, no es raro poder disfrutar de un buen monólogo de Pepe Céspedes o de Alvarito mientras permaneces a pocos metros del mar.

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Sobre el autor

No hay cantina de ningún puerto donde este pirata no haya fondeado. Gran experto en la navegación nocturna, tiene una visión prodigiosa para avistar garitos en los que poder echar unos buenos tragos de ron. Su instinto innato para la fiesta nos lleva a los lugares más insólitos. Disfruta tanto de la noche como del día y cuando los primeros rayos de sol entran por los camarotes, este pirata se pone sus mejores galas para pasear por museos, librerías, exposiciones y salas de arte.