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Los vikingos que amaban el Valhalla

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El valhalla, según la mitología antigua, era un majestuoso salón donde moraba Odín, dios de los vikingos que, como bien sabemos los viejos piratas, fueron uno de los pueblos más poderosos y emprendedores del planeta. Aún hoy, los viajes e incursiones que realizaban allá por el siglo IX siguen dando que hablar; unos viajes que partían desde los países escandinavos hasta el Europa, Gran Bretaña, Asia o incluso el norte del entonces desconocido continente americano. Un pueblo activo, sin duda; activo y amigo de la diversión y la noche.

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¿Y por qué te cuento todo esto? Pues porque, si hay un pub en la provincia de Almería que ha sabido captar la esencia de la cultura vikinga, ese es el Valhalla. Denominada como ‘viking tabern’, el Valhalla es (al igual que el pueblo en el que se inspira) uno de los bares más activos y divertidos del panorama del ocio almeriense. En este sentido, no hay semana del año en el que no se celebre algún evento lúdico, como conciertos, monólogos de humor, o alguna fiesta temática.

Entre semana, esta taberna es ideal para tomar café por la tarde mientras escuchas la mejor música y juegas una partida de dardos con tu grupo de amigos. Los fines de semana, también  son cosa del Valhalla. Las noches de los viernes, los monologuistas más aclamados y singulares de nuestra tierra, como Paco Calavera, Kikín o Pepe Céspedes, hacen que se ría hasta el apuntador. Los sábados, en cambio, es turno para la mejor música en directo; bandas-tributo a grupos como El Último de la Fila o Los Beatles, o músicos con un perfil más underground. Eso, por no extenderme con lo ideal que es este establecimiento para disfrutar de todos los partidos de Liga y Champions League. Hay tardes memorables, en las que se visionan hasta tres partidos consecutivos en un solo día. Porque “la vida vikinga es la vida mejor”.

Horario: Desde las 15.00 hasta las 04.00.

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Sobre el autor

No hay cantina de ningún puerto donde este pirata no haya fondeado. Gran experto en la navegación nocturna, tiene una visión prodigiosa para avistar garitos en los que poder echar unos buenos tragos de ron. Su instinto innato para la fiesta nos lleva a los lugares más insólitos. Disfruta tanto de la noche como del día y cuando los primeros rayos de sol entran por los camarotes, este pirata se pone sus mejores galas para pasear por museos, librerías, exposiciones y salas de arte.