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Santa Irene, un club de vela en Garrucha que busca ser referente para ingleses y españoles

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Salir a navegar en Garrucha puede servirnos, además de para disfrutar de un agradable rato practicando deporte en el mar, para mejorar nuestro inglés. Y es que el Club de Vela Santa Irene, fundado hace doce años por John Tallis, un jubilado británico, y que hasta ahora contaba con la práctica totalidad de su medio centenar de socios procedentes de las islas británicas, busca extender sus redes y acoger también a socios y regatistas de esta su tierra de adopción.

Navegar juntos les valdrá a unos para mejorar su inglés; a los otros, para hacer lo propio con el idioma castellano, como afirma Ian Roriston, que es quien actualmente dirige el timón del club.

Todos los domingos, este club náutico, centrado en la vela ligera y últimamente también en cruceros, realiza salidas y lleva a cabo sus propias competiciones y regatas en Garrucha, cuando el tiempo lo permite. Ocasionalmente, celebran jornadas de puertas abiertas.

Actualmente, para tomar parte de estas salidas lo mejor que se puede hacer es contactar con el club para conseguir una invitación, aunque con vistas al futuro, Santa Irene está ya buscando colaboración de agencias externas para llevar a cabo su propia escuela de vela en Garrucha, con la idea de atraer a aquella gente sin experiencia y a jóvenes regatistas de la zona.

Este es, sin duda, el gran reto que se marcan estos jubilados ingleses ya afincados durante casi todo el año en la costa levantina almeriense: atraer a gente joven y socios españoles. El coste de hacerse socio del Santa Irene Sailing Club (único club de vela en Garrucha) es de 75 euros al año para un miembro, 100 euros para la familia con hasta dos hijos, y 125 para más de dos hijos.

 

Imagen: Santa Irene Club de Vela

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Sobre el autor

Es el pirata con mejor forma física de toda la tripulación. Su brújula siempre apunta hacia alguna competición deportiva, ningún medio se le resiste. Bien sea por tierra, mar o aire, en su cuaderno de bitácoras registra todo tipo de actividades y eventos, sin importar edad o condición. En el palo mayor del galeón hay una canasta hecha con redes de pesca, en la que juega y enseña baloncesto durante las largas jornadas de navegación.