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Más de 30 escudos almerienses muy gastronómicos

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De todos los escudos de armas de los municipios almerienses más de una treintena recogen la riqueza gastronómica de Almería representando en sus blasones recursos agrícolas y alimentarios. Gran parte de esa realidad se puso de manifiesto en uno de los trabajos presentados en las jornadas sobre alimentación rural y tradicional que el Instituto de Estudios Almerienses desarrolló en enero de 2001 y que más tarde compiló en el libro ‘Historia de la Alimentación Rural y Tradicional’ (2003).

Miguel Navarro Gómez fue el autor de este trabajo cuyo contenido encontré por casualidad y me inspiró este post. Rescato del olvido la parte más significativa de su trabajo y, como el libro tiene ya sus años, lo completo añadiendo información sobre escudos que, o bien son de creación reciente, o pasaron desapercibidos para él. He recurrido a diversas fuentes de información para poder aumentar significativamente las aportaciones originales.

Según Navarro Gómez, la tendencia nacional a recoger en los escudos flores, frutos, espigas, hortalizas, árboles y otros elementos relacionados con la alimentación comienza alrededor de 1950 y se generaliza hasta la entrada del siglo XXI. Como he podido comprobar, sigue hasta nuestros días.

Los escudos heráldicos recogen símbolos que se adaptan de manera natural a las necesidades de cada época. Quizás por esa razón en las últimas décadas los nuevos escudos tienden a recrearse menos en aspectos militares y bélicos, para dar mayor peso a la historia, la etnografía, y la cultura entre otras fuentes de conocimiento.

En los escudos almerienses hay por tanto representaciones que constituyen importantes pilares de la dieta mediterránea tanto desde el punto de vista gastronómico como del bromatológico y el nutricional.

El producto alimenticio más representado en los escudos almerienses es el aceite de oliva, representado bien por el olivo, sus hojas o flores. La uva, el trigo, la naranja y otros productos agrícolas, ganaderos y pesqueros también tienen su espacio. Estos son los alimentos que puedes encontrar en los escudos almerienses por categorías:

Aceite de oliva

  • Armuña de Almanzora. En el segundo cuartel se aprecian cinco flores de olivo en color plata puestas en forma de aspa sobre fondo verde.
  • Berja luce en el tercer cuartel de su escudo una rama de olivo de color verde en campo de plata. Aunque ahora Berja no destaque por su producción de aceite hay que tener en cuenta que el escudo data de principios del siglo XX, cuando era un recurso pujante en la zona.
  • Líjar. Su blasón luce un olivo de plata desde 1994.
  • Los Gallardos. Un mazo minero en color negro y una rama de olivo destacan en su escudo, también de 1994.
  • Lubrín. Una rama de olivo y una espiga de trigo dan fe de dos importantes recursos alimentarios del pueblo almeriense.
  • Somontín. Uno de los escudos almerienses más recientes que luce tres flores de olivo.
  • Sierro. Una rama de olivo y otra de almendro coronan tres montes de plata en el escudo de Sierro.
  • Las Tres Villas. Un olivo arrancado se superpone en el centro de su escudo.
  • Partaloa: Un olivo verde protegido por una loba es uno de los elementos destacados en el escudo de Partaloa.
  • Nacimiento. Sobre olivo arrancado se alza vuelo de plata con espada alta de oro.
  • Abrucena. Un olivo y una encina junto a un torreón semiderruido centran la atención del blasón de Abrucena.
  • Alcolea. Un olivo al natural se encuentra en el tercer cuartel de su escudo.

Uva

La uva de barco, en su día uno de los pilares de la economía almeriense, está representada en cinco escudos de armas:

  • Alhama de Almería. Un escudo datado en 1965 que inmortaliza un racimo de uvas.
  • Huércal de Almería. Media luna y un racimo de uvas acompañan a la torre de Cárdenas en el escudo huercalense.
  • Terque. Un racimo de uvas doradas sobre fondo verde escoltadas por un sol y ondas marinas que simbolizan el movimiento del río Andarax.
  • Rágol. Una esquemática parra que representa la uva y unas peras dejan constancia en el escudo de Rágol de dos de sus cultivos más importantes.
  • Padules. No podían faltar unas uvas en el blasón de Padules. Están representadas por un racimo sostenido por un león rampante.
  • Instinción. Sobre púrpura destacan un racimo de uvas de oro y una flor de olivo de plata
  • Ohanes. Teniendo en cuenta el pasado reciente de Ohanes, es normal que un racimo de uvas destaque en su escudo.
  • Almócita. Su pasado productor de uva de mesa se refleja en su escudo con una serie de parras.

Trigo

  • Tabernas. Tres espigas de color verde sobre fondo dorado.
  • Turre. Una llave y una espiga de trigo son las protagonistas del tercer cuartel de este escudo desde 1989.
  • Canjáyar. Una gavilla de trigo atada a una cinta refleja la importancia del cultivo de cereales en el pasado local. Bien podría ser cebada en lugar de trigo.
  • Laroya. Tres espigas de trigo dorado sobre fondo rojo son las protagonistas centrales de este escudo.
  • Carboneras. Dos ramos con tres espigas de trigo flanquean el escudo carbonero, que también presenta el casco de un barco que podría tener relación con la tradición pesquera del municipio levantino.
  • Lubrín. Ya mencionado en el apartado de los olivos.

Naranja

El color naranja figura en las banderas de Rioja, Antas y Gádor en relación a este cultivo frutal. Pero además hay elementos simbólicos en cuatro escudos:

  • Arboleas. Un naranjo de color verde porta frutas en oro en el escudo de Arboleas.
  • Rioja. Dos naranjos flanquean el río en el escudo de este municipio almeriense bien relacionado con los cítricos.
  • Antas. Su escudo representa la producción naranjera local con dos flores de azahar.
  • Santa Cruz de Marchena. El escudo de Santa Cruz de Marchena representa en plata cuatro flores de azahar.

Otros alimentos

  • Taberno: Un almendro de color verde es el protagonista del blasón de Taberno.
  • Vícar: Un cuerno de la abundancia repleto de productos agrícolas es la forma que encontró Vícar de homenajear la calidad de la producción hortofrutícola del Poniente almeriense.
  • Fines: Tres mazorcas de maíz destacan sobre azul en la heráldica de Fines.
  • Adra. El escudo de Adra luce orgullosamente dos atunes de plata en su escudo de armas. Los dos túnidos ya estaban representados en blasones anteriores a este, de 1987.
  • Olula de Castro. Un cordero y una cabra son la única representación de la tradición ganadera que encontramos en los escudos almerienses.

Alegorías e historia

Otros escudos lucen símbolos que pueden prestarse a confusión al representar alimentos con intenciones bien diferentes. Gádor y Huércal-Overa tienen en sus escudos colmenas que hablan de la laboriosidad de sus habitantes antes que de la miel. La granada que lucen los blasones de Almería capital, Serón, Huércal-Overa, Paterna del Río, Ohanes, Albanchez y Cuevas del Almanzora tienen relación con su pertenencia histórica al reino de Granada.

Los escudos de Tíjola, Serón y Alcóntar lucen dos calderos que parece ser tienen relación con el poder de antiguos señoríos. Las hojas de morera de Bacares, Alcudia de Monteagud y Benahadux hablan de la antigua industria sedera local. Las conchas de Bentarique y Pechina no tienen nada que ver con los moluscos. Fondón luce una encina por cuestiones históricas, y en Serón probablemente tiene relación con la alimentación del ganado porcino de su industria porcina de antaño. Ahora ya no hay cerdos en Serón, solo jamones. Los escudos de Senés, Chercos y Fondón también muestran una encina y el de Turrillas presume con tres encinas arrancadas.

Otro día podríamos abordar esa práctica viejuna de la industria alimentaria de apoderarse de símbolos y nombres de la heráldica nacional para bautizar sus productos. Tradicionalmente se ha visto especialmente en marcas de vino, pero también en licores, conservas, mantequillas, dulces y otros productos.

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Sobre el autor

Es encargado de dirigir las cocinas de este galeón. De toda la tripulación, es el pirata con el sentido del gusto y del olfato más desarrollado. No hay barco pirata que surque los mares del norte y del sur que tenga mejores menús que los nuestros. Los regentes de las tabernas y mesones que frecuentamos, lo conocen tan bien como él a ellos, por eso, no pisamos un bar sin su consentimiento. Y después de tantas millas de navegación, sus descubrimientos gastronómicos aún siguen sorprendiendo nuestro paladar.