YELMO CINE TU BUTACA TE ESPERA

Ideas de picoteo fácil para sorprender a tus invitados durante el mundial de Brasil

0

El que me conoce sabe que paso bastante del fútbol. Siempre me ha gustado jugarlo, pero tener equipo y tragarse una liga me parece un entretenimiento tan soporífero como seguir una telenovela. Los torneos de clubs tampoco me acaban de enganchar, no entiendo ese fanatismo con  equipos construidos solo bajo la lógica del capital. Pero cada cuatro años me vuelvo futbolero. Los mundiales son otra cosa (con su reverso económico y social oscuro también). Un mes de enfrentamientos con todo lo bueno que tiene el deporte concentrado en unos pocos momentos. Un fallo y tu equipo se va a casa. Eso es competición. Estoy pendiente, si mi tiempo me lo permite, hasta de los partidos de equipos menores.

Los partidos de la selección española son además el momento perfecto para reunir gente en casa. Para esos días me gusta resolver un picoteo fácil pero rico sin dedicar demasiado tiempo en la cocina. Todo lo que planifiques tiene que estar preparado antes del partido y cerca de los comensales. Nadie quiere ir a la nevera y arriesgarse a perderse un gol. Trata de pensar en recetas que se puedan comer con la mano o con la ayuda de un simple palillo de dientes. Finger food lo llaman ahora. Ahí van unas ideas de picoteo:

Cerveza a go-go. Al menos una leja de tu nevera tiene que estar llena de cerveza fría. Para evitar continuos viajes a la nevera, dispón en el salón un cubo de zinc con suficientes botellines o latas y hielo sin miserias. Un barreño de plástico también puede valer. Sitúalo en el suelo alejado del paso de los invitados. Olvida los litros para esta ocasión. Los litros implican vasos o babas. Ambas opciones son un estorbo. Aunque soy mucho de vino, con el fútbol no es bienvenido. En todo caso en sangría o calimocho… y que rule.

Bandeja de quesos. No hay nada más rico que un buen queso. Elige varios y córtalos en pequeñas porciones para facilitar el trabajo con tus invitados. Si solo pudiera elegir algo que llevarme a una isla desierta, sería un lote de quesos y tras terminarlo dejarme morir.

sacos de Espinacas y Feta

Palomitas. En un bol gigante y que rulen. Si utilizas de microondas no tendrás mis simpatías. Son puro veneno. Usa maíz de toda la vida y calienta en una cacerola tapada con un poco de aceite de oliva virgen extra. ¿Saladas o dulces? Las dos opciones están bien, pero si quieres puedes probar con especias como pimentón picante, jengibre, ras el hanout, garam masala, curry… Eso si son palomitas para un mundial.

Salsas dip: Las salsas para mojar son lo mejor de la gastronomía internacional. No hay país que se precie que no tenga al menos una salsa gloriosa para mojeteo. Además son fáciles de hacer. Te propongo las siguientes: tzatziki, de pepino (Grecia), babaganoush, de berenjena (Siria y Líbano), tapenade de aceitunas negras, guacamole (México), Dukkah (Egipto), Muhammara de pimientos o humus de garbanzos (Mediterráneo oriental). Puedes acompañar estas salsas de pan tostado, nachos, doritos o verduras y hortalizas crudas cortadas en tiras: zanahorias, pepinos, rábanos… Para gustos colores.

Pizza. Se un poco original, que no sea congelada. Como mucho te concedo que compres una base de masa fresca. No le eches todos los ingredientes a mogollón, ten en cuenta que cada ingrediente puede tener diferentes tiempos de cocción. Algunos bastará con incorporarlos al final del horneado. Si no tienes ganas, opta por pedirla a un delivery, pero recuerda que media Almería hará lo mismo los días de partido importantes. Yo te sugiero esta pizza vegetariana, que en mi casa siempre sorprende y triunfa.

Pizza Vegetariana

Patatas y tortillas. Corta las patatas en rodajas finas, con ayuda de una mandolina para acabar rápido y con factura excelente. Fríe a unos 170 grados, no más. Hasta que queden crujientes pero sin quemarse. Escurre, sirve en un bol y remata con sal. Si las haces con tiempo, mantenlas tapadas en un lugar fresco hasta la hora del fútbol. También puedes hacer una tortilla de patatas, si dispones de tiempo y habilidad.

Picoteo asiático. La comida asiática está pensada para el disfrute. Todo llega a la mesa en pequeñas porciones. Las opciones de la cocina tailandesa, india, vietnamita o china son inmensas. Pero un mundial es cada cuatro años, así que tira la casa por la ventana y prepara algo de sushi. Si no sabes opta por pedir en algún asiático para llevar. Asahi (el mejor), Sak Delicatessen (En Almería y Aguadulce) o King Sushi (El económico).

King Sushi 2

Comida de lata. Unos berberechos con unas gotas de limón y tabasco, unos mejillones en escabeche, unas sardinillas, aceitunas… El extra imprescindible sale de una lata de conserva, amigos.

Frutos secos. Siempre matan la gusa y son fáciles de disponer en cuencos. Mis favoritos los pistachos, ricos, sanos y entretenidos de comer. Si te animas puedes hacer este delicioso queso Camembert rebozado en pistachos.

Melón con jamón. Más ibérico imposible. Corta unos dados de melón bien fresco, pínchalos acompañados de una loncha de jamón decente y a disfrutar. Es muy viejuno, pero es un maridaje inmenso.

Otras propuestas para elevar el listón. Algunas recetas que he preparado en casa y que siempre funcionan, aunque son solo un poco más elaboradas: Salmón marinado; Samosas; Saquitos de espinacas y queso feta; Alitas de pollo al estilo de San Francisco; Empanadillas Cajún; Feta Zetas de fresas; o Atún crocante.

AtúnCrocante

Sandía borracha. Esta receta es de la casa. Abre por la parte de arriba una sandía no muy grande. Con ayuda de una cuchara saca toda la pulpa. Tritura en un robot de cocina con azúcar y vodka al gusto. Remata con hojas de hierbabuena fresca. Unas pajitas y que rule.

sandía borracha

¿Y tú? ¿Qué preparas para comer mientras ves el fútbol?

Comparte

Sobre el autor

Es encargado de dirigir las cocinas de este galeón. De toda la tripulación, es el pirata con el sentido del gusto y del olfato más desarrollado. No hay barco pirata que surque los mares del norte y del sur que tenga mejores menús que los nuestros. Los regentes de las tabernas y mesones que frecuentamos, lo conocen tan bien como él a ellos, por eso, no pisamos un bar sin su consentimiento. Y después de tantas millas de navegación, sus descubrimientos gastronómicos aún siguen sorprendiendo nuestro paladar.