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Lubrín: Cinco poderosas razones para enamorarnos

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Lubrín: Cinco poderosas razones para enamorarnos. Este mapa que presenta este pirata andariego muestra un destino donde nos reencontrará con el ambiente rural en estado puro, con toda esa mezcla de sensaciones y memorias que parecen dispuestas a ponernos en paz con nosotros mismos.

-“¡Le veo filósofo, pirata!”
-Debe ser la primavera, qué le vamos a hacer…

Lubrín es el destino elegido y, por estas cinco razones, este pirata, ¡voto a Bríos!, defiende que este es un refugio ideal para ver pasar la vida con tranquilidad.

Lubrín

Por su aceite
Rodeado de almendros y olivos, el pueblo está agazapado alrededor de un cerro coronado por una torre con un reloj. Para comenzar su visita propongo subir a lo que llaman La Redonda, donde está la almazara que da lustre a su aceite. Si vamos a final de año, lo veremos funcionando con la molturación de las aceitunas y que generan un aceite de sabor afrutado y color esmeralda. A partir de aquí, podremos ver unas vistas del pueblo realmente magníficas y, bajando, haremos una parada recomendable en La Tasca, con su terracita debajo de un álamo. Allí podremos tomar un sabroso café y una tostada con su aceite virgen y su miel mientras vemos uno de los lugares emblemáticos de Lubrín, su lavadero, que fue antaño fábrica de quesos, cine y teatro. Hoy, la rambla va seca (vaya por Dios) pero asombrosamente, pasa agua por el canalillo. Hay un sendero que parte poco mas arriba del lavadero que llaman de las Fuentes y que nos lleva por diferentes manantiales (unos secos, otros no) que trufan la áspera montaña de yeso.

aceite Almazara de Lubrín

Almazara de Lubrín

Por su miel
Las colmenas de la zona recogen la generosa floresta que cubre como una moqueta una montañas donde no hay árboles pero sí mucha vida. Unas abejas, las lubrinenses, que son muy gourmets pues seleccionan con gusto su objetivo y gracias a la destreza de sus meleros, logran fabricar mieles de sabores tan atractivos como el azahar o la almendra. Además, les sobra para hacer unos caramelos que nos agradecerá nuestro gañote si lo tenemos irritado.

Lubrín-Miel Sierra de Filabres

Miel Sierra de Filabres

-“¡Lo tendrá así usted por estar de casquina todo el día!
-“Hablo lo suficiente y lo necesario, estamos…?
-¡Sí, señor, usted perdone, pero no hacía falta que desenvainara esa daga…!

Bien. Estos manjares, como decía, podremos comprarlos directamente en la fábrica, también en La Redonda, o en los colmados del pueblo.

Lubrín-Miel Sierra de Filabres

Miel Sierra de Filabres

Por su pan
Dicen que “Lubrín y su pan, tal para cual”. Y aciertan pues, pasear por la mañana por la calle Mayor, donde también está el ayuntamiento, es despertar el olfato a esos olores de pan recién hecho. Una tahona minimalista (solo pone Pan en su puerta y un minúsculo zaguán sirve de despacho) ofrece hogazas, tortas de aceite, hornazos, bollos de miel y roscas de naranja, además del aroma que parecen aventar por todo el pueblo para atraer a sus clientes. Un negocio que va ya por la cuarta generación y cuyo patrón presume de hacer el mejor pan del país. El pirata, que tiene por norma no meterse en ajenas pendencias, no se pronuncia pero devora en un pispás tan sabroso manjar mientras recuerda que, por San Sebastián, el pueblo entero se echa a la calle, rosca en mano, para saludar a su santo que baja desde la iglesia en una de las fiestas más espectaculares de Almería (y ya es decir!)

Lubrín-fiesta-del-pan

Lubrín

Por su arquitectura
La Iglesia de Nª Sª del Rosario parece como si la hubieran hecho dos tallas más grande pues uno calcula que podría caber el pueblo entero en sus naves. Destaca su poderosa arquitectura en un pueblo de casitas encaladas, arracimadas en calles estrechas y empinadas… y limpias! Una mezcla de estilos muestra al visitante, como si el arquitecto quisiera hacer un mix pues veremos toques mudéjares, góticos y neoclásicos. De allí parte el santo tan amigo de los panes y que llevan en volandas los vecinos en sus vertiginosas calles.

altar Iglesia de Nª Sª del Rosario Lubrín

Iglesia de Nª Sª del Rosario

Por sus vistas
Yendo a la calle Zacatín (más bien, escalando, dada las cuestas) podremos tomar un caminito que rodea el cerro que preside una torre con un reloj, pues los lubrinenses son muy puntuales. Allí descansó un castillo nazarí donde solo se adivinan ruinas pero que son una buena excusa para divisar el terreno, con la vista puesta en un mar que se adivina a lo lejos.

Lubrín en Almería

Lubrín

Localización: Lubrín

Parada y fonda
El paseo puede que nos hayan despertados hambres incontenibles y es recomendable aplacarlas. Podemos hacerlo en el mismo pueblo en El Molino, con sus menús económicos y su terracita mirador en la calle que llaman del Tranco. Podemos también acercarnos a una de sus pedanías como la de El Pilar, camino de Sorbas, y pararnos en El Albar, un restaurante que recoge los mejores productos de la zona y ofrece una carta de lo más recomendable, con su horno de leña que da el punto a asados, patatas y pizzas; sus ensaladas y su más que apetecible sartén de pescados.
Y si te ha parecido digno de interés esta ruta pirata…¡no dudes en propagarlo a los cuatro vientos de internet!

Lubrín-escudo

Lubrín

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Sobre el autor

Es el oteador de este galeón pirata. Catalejo en mano, nada más llegar a puerto, se adentra en terreno desconocido para descubrirnos enclaves espectaculares cuya existencia es ignorada, incluso, por los propios lugareños. Tiene el don de retratar en forma de dibujos aquello que ven sus ojos y que otros ni imaginan. Ahora bien, le pierden las fiestas populares y si coinciden con alguna de sus expediciones, su regreso puede durar días.