Debo reconocer que llegué algo escéptico al concierto que Extremoduro ofrecía anoche en el Palacio de los Juegos Mediterráneos de Almería. Por tres razones fundamentalmente:
- Esperaba un repertorio basado en los últimos discos, y los míos son ‘Deltoya’ y ‘Rock Transgresivo’, entre otros de sus primeros años.
- Todavía recordaba el plantón que dieron a la afición almeriense en 2008 cuando cancelaron su actuación “por viento”, argumento que no convenció a nadie
- Y especialmente porque no confiaba en que los paneles instalados por el Ayuntamiento en el Pabellón hubieran mejorado demasiado la espantosa acústica que el recinto tenía hasta hace pocos meses.
El público de Extremoduro, fiel como pocos, se lo puso fácil a la banda de Robe Iniesta. Desde los primeros acordes parecía que los más de 5000 aficionados presentes en el pabellón perdonaban los 45 minutos de retraso con los que inició el espectáculo.
Yo tardé un poco más en entrar en calor. El sonido, satisfactorio, pero el pabellón sigue sin ser el lugar ideal para bandas de rock. El repertorio se basó fundamentalmente en los últimos discos, pero con algunas más concesiones de las esperadas a los muchos “viejos” rockeros que no faltamos a la cita.
Con un show que se alargó unas tres horas (más descanso) los chicos de Extremoduro saldaron la deuda que tenían con Almería desde hace seis años.
El escenario recreaba un buque carguero, repleto de contenedores, uno de ellos colgado en el aire, como de una grúa. El descenso pausado de este último daba el pistoletazo de salida al espectáculo a las 23.15 horas de la noche. Tras una introducción instrumental, el contenedor volvía a subir dejando al descubierto sobre el escenario, poco a poco, a Robe Iniesta, Iñaki ‘Uoho’ Antón, Miguel Colino y José Ignacio Cantera. Los primeros acordes toda una concesión a los más nostálgicos. Sonaba ‘Sol De Invierno’, uno de los temas más antiguos de los que sonaría anoche.
El desarrollo del concierto, mejor en palabras de mi amigo Javier, que seguramente el concierto le ha dejado menos resaca que a mi y además, para estas cosas es El Puto Amo, y es quien firma la nota de prensa oficial del concierto:
De entre las cinco variaciones de setlist que lleva la banda en la gira, para Almería eligió el que contenía mayor cantidad de himnos y menos canciones de sus últimos dos discos de los que sonaron ‘Pequeño Rocanrol Endémico’, ‘Locura Transitoria’, ‘Poema Sobrecogido’, ‘Mi Voluntad’, ‘Qué Borde Era Mi Valle’ y ‘El Camino de las Utopías’ del más reciente y tan solo ‘Calle Esperanza s/n’ del disco ‘Material Defectuoso’. De esta forma, que en la primera parte del concierto incluyera la melódica y afectada ‘Buscando Una Luna’ y ‘Golfa’, rindió a los seguidores nada más sonar la campana.
El primer tramo de concierto, antes de su tradicional descanso, se completó con ‘La Vereda de la Puerta de Atrás’, coreada en salto, la canción inédita que han incorporado en esta gira, titulada ‘Canta La Rana’ y un generoso fragmento de ‘La Ley Innata’, una ópera-rock conceptual con la que dieron el salto definitivo hacia los arreglos complejos y los desarrollos extensos. Incluso con un par de estrofas nuevas que completan la historia de caos introspectivo.
Con las fuerzas renovadas entre el público y la banda, la segunda parte del concierto concentró las canciones más virulentas del repertorio. Una escalada de potencia y ritmo que terminó de incendiar la noche. La entrada con ‘Prometeo’, enlazada con ‘Jesucristo García’, una de las canciones más míticas para sus seguidores, provocó el delirio colectivo que ya no cesó hasta el final de la actuación. Un intenso ‘Poema Sobrecogido’, con un solo de batería final de Cantera demoledor, fue la mejor introducción para ‘Amor Castúo’, el tema más antiguo de la noche, grabado en 1989. Toda una sorpresa, pues la canción solo había sido incluida en un par de conciertos de la gira.
Con todo ganado, la velocidad siguió creciendo con la reciente ‘Mi Voluntad’, el riff pegadizo y variado de ‘Autorretrato’ y dos éxitos indiscutibles como ‘Standby’ y ‘Salir’. La traca final de un Robe especialmente comunicativo desde el escenario llegó con ‘Puta’, ‘Qué Borde Era Mi Valle’ y el tradicional poema de Manolo Chinato, ‘Ama, Ama, Ama y Ensancha el Alma’. La extenuación llegó a puerto con ‘El Camino de las Utopías’ y la coda final habitual en cualquier concierto en el que Iñaki Antón está sobre el escenario, el riff prolongado en un solo veloz y extenso del ‘Rockin’ All Over The World’ de Status Quo. Eran ya la tres de la madrugada.
Fotos: Ricardo García // Ayuntamiento de Almería
