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El único museo dedicado al toreo de la provincia

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Roquetas de Mar dispone del único museo taurino de la provincia de Almería; un museo dividido en cinco salas y por el que han pasado grandes maestros del toreo. En esas cinco salas, divididas por temáticas, el amante del toro de lidia se empapa de cada una de las vertientes de este espectáculo artístico y todo lo que lo rodea.

En la primera sala y amén del recibidor, el visitante se encontrará con algunas piezas de exposiciones itinerantes. La segunda sala, en cambio, cuenta con una gran pantalla táctil en la que el visitante puede interactuar para acceder a la información taurina del municipio mediante archivos audiovisuales con los momentos más característicos de las corridas que se han celebrado y los distintos eventos que, en torno a esta plaza de toros, han ido sucediendo.

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En la sala tres o sala de tauromaquia, se muestran las diferentes piezas con las que cuenta el Ayuntamiento de Roquetas de Mar así como la Peña Taurina de Roquetas de Mar, tales como los trajes de toreros de la importancia de El Juli, Finito de Córdoba o Jesús Almería. Aquí se exponen las piezas más importantes pero, a modo informativo, cuenta también con una pantalla táctil integrada y programada con una aplicación que nos permite conocer la historia en la que cada objeto de esta sala está envuelto. La cuarta sala se dedica de un modo más genérico a dar a conocer la Historia Taurina Nacional, y la quinta esta dedicada a la proyección programada de Audiovisuales de motivos taurinos o los que se consideren oportuno en cada momento. Para este cometido se dota a la sala de un proyector de gran luminosidad que facilita un gran formato de imagen que permite a los visitantes verse inmersos en el mundo taurino con proyecciones, conferencias, ruedas de prensa, etc. ¡Un museo único en la provincia almeriense!

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Sobre el autor

No hay cantina de ningún puerto donde este pirata no haya fondeado. Gran experto en la navegación nocturna, tiene una visión prodigiosa para avistar garitos en los que poder echar unos buenos tragos de ron. Su instinto innato para la fiesta nos lleva a los lugares más insólitos. Disfruta tanto de la noche como del día y cuando los primeros rayos de sol entran por los camarotes, este pirata se pone sus mejores galas para pasear por museos, librerías, exposiciones y salas de arte.