Paterna del Río, entre agua y castaños

Piratas, volvemos una vez más a la alpujarra almeriense para arribar a Paterna del Río, un pequeño municipio de algo más de 400 habitantes, rodeado por bellos paisajes, agua y castaños, para configurar una de las estampas más singulares de esta peculiar tierra.

Ubicado a más de mil metros de altitud, Paterna del Río parece tener su origen en la unión que Felipe II hizo de varias localidades árabes, y en sus calles es fácil respirar aún el pasado musulmán de este pueblo, en el que se refugió Aben-Humeya tras caer derrotado en Guarros.

Las aguas cristalinas de Paterna del Río son uno de sus grandes atractivos, así como las magníficas vistas que obtendremos del Puerto de la Ragua.

En su término municipal nos encontramos con tres BIC (Bien de Interés Cultural), “El Castillico”, el Castillo de Inizar, y la Iglesia de San Juan Evangelista, que fueron catalogados como tal en 1985.

Iglesia de San Juan Evangelista

Por desgracia, la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, de estilo mudéjar y planta rectangular, ubicada en la pedanía de Guarros, se encuentra al borde de la desaparición tras una serie de derrumbes y la situación de abandono que sufre.

Piratas, como sabemos que sois muy activos, os recomendamos que no dejéis de probar el “Sendero del agua”, una de las rutas más bonitas de cara al próximo otoño que discurre bajo un bosque de castaños y apto para todos los públicos.

El tercer domingo de agosto se celebra la Fiesta Mayor en honor del Cristo de las Penas, patrón de Paterna del Río., mientras que las fiestas dedicadas a la patrona Virgen de los Remedios se celebran el segundo fin de semana de mayo, y en los últimos años se ha recuperado la representación de Moros y Cristianos.

Si queremos alimentar al estómago además de a la vista, podemos probar alguno de los tradicionales pucheros, fritadas de conejo, gachas, migas de harina o de pan, acompañadas con caldo de pimentón, pimientos y tomates secos fritos, pescado y tajadas, embutidos, tortas de chicharrones y manteca, el pan de aceite, los suspiros y los mantecados, o los famosos hornazos de San Marcos.

¡Todos a Paterna del Río, piratas!