Cuenta la leyenda que un barco pirata llegó al barranco de Creppi (Pescadería) y escondió un tesoro en la zona. La primera vez que escuchamos hablar del Tesoro de Creppi fue hace unos meses, cuando todavía Weeky estaba en alta mar. Como a todo pirata que se precie, se nos pusieron los ojos con forma de moneda.
Una vez desembarcamos en las playas de Almería, las pistas nos llevaron a La Chanca, donde esperábamos encontrar algo parecido al tesoro del capitán Kidd, pero encontramos algo mejor: Un proyecto de conservera de pescado con vocación de inserción social. Y es que el tesoro de Creppi realmente lo esconden las mujeres de La Chanca: su manera de hacer las conservas.
Aún les queda mucho trabajo por delante, pero el grupo de jóvenes que abandera este proyecto tienen las ganas y la determinación para conseguir su objetivo. El apoyo que han recibido de Social Nest y su reciente participación en un concurso de proyectos empresariales eco-innovadores les ha dado mucha visibilidad mediática y ha comenzado a despertar el interés de potenciales inversores. Falta les hace, arrancar una industria de este tipo puede necesitar varios cientos de miles de euros.
Ángel de las Heras, uno de los impulsores del Tesoro de Creppi, recuerda de su infancia en La Chanca el pescado seco y las conservas que se hacían en la antigua factoría ubicada en la zona. Recuerda como las mujeres del barrio trabajaban allí y conseguían algo de dinero para alimentar a la familia mientras los hombres, pescadores, estaban de alta mar.
Por eso este proyecto por un lado pretende la inserción laboral de las mujeres del barrio, pero también su formación profesional que les permita “estar capacitadas para el mercado laboral en igualdad de condiciones”. Parte de los beneficios irán a proyectos de intervención social, por lo que “necesitamos una industria rentable para revertirlo socialmente”.
El tesoro de Creppi pretende implicar en su proyecto a la ciudadanía. La materia prima saldría de la lonja de Almería, los puestos de trabajo serían prioritariamente para mujeres del barrio y pretenden trabajar directamente con los pescadores artesanales del puerto. Los impulsores del proyecto creen que esta iniciativa ayudaría a estabilizar los precios del pescado.
Toda la tripulación de Weeky, la agenda pirata de la provincia de Almería espera que este proyecto llegue a buen puerto. Como buenos piratas nos gustan los salazones y las conservas de pescado y creemos que la provincia necesita una industria de este tipo que reivindique la calidad de la materia prima de nuestras costas.
