YELMO CINE TU BUTACA TE ESPERA

El agua reparadora: tres destinos para relajarnos

0

Tras las Navidades, querámoslo o no, los excesos suelen venir en compañía. Demasiadas, comidas, demasiadas copas con amigos y compañeros, demasiado estrés, en definitiva. Pero no hay nada mejor que depurar tales componentes que nos intoxican y, si eso supone relajarnos y probar las propiedades curativas del agua, mejor que mejor. Estos son los tres sitios de la provincia que no deberías perderte:

Las aguas curativas de Alhama
Alhama dispone de fuentes termales desde tiempos inmemoriales y sus propiedades han sido aprovechadas desde nuestros antepasados romanos hasta ahora. En 1522 un terremoto destruyo el primitivo balneario para luego reconstruirse y llegar hasta nuestros días convertido en un moderno espacio donde el agua termal es la protagonista, que mana de una gruta en el corazón de la Sierra de Gádor, y ofrece todo tipo de tratamientos donde sentirnos en la gloria. Además, si seguimos este enlace, la visita habrá sido completa.
balneario
El corazón de fuego de Alhamilla
Otro lugar para depurar nuestros excesos y comprobar que nuestro cuerpo es agua y el agua es lo que más le cura es pasarnos por el Balneario de Sierra Alhamilla, también de origen remoto, y que es además, un auténtico oasis dentro de la agreste ladera sur de Sierra Alhamilla. Desde tiempos de la cultura argárica, diferentes pobladores aprovecharon sus gratificantes aguas termales.

Los lodos mágicos de Lucainena
Al otro extremo de Sierra Alhamilla, Lucainena es la población que la despide por su lado este y es allí donde están los Baños Al-hamam, un interesante lugar que mantiene viva una tradición de aguas curativas y de lodos que, dadas sus características químicas, son lo más reparador para pieles y cuerpos maltrechos de los excesos de estas fiestas. Además, el cortijo, una bella edificación modernista, organiza cursos de meditación y relajación así como talleres donde la naturaleza es protagonista. Y un aliciente más, esta muy cerquita de la vía Verde de Lucainena, que podremos conocer mejor en este weeky enlace.

Comparte

Sobre el autor

Es el oteador de este galeón pirata. Catalejo en mano, nada más llegar a puerto, se adentra en terreno desconocido para descubrirnos enclaves espectaculares cuya existencia es ignorada, incluso, por los propios lugareños. Tiene el don de retratar en forma de dibujos aquello que ven sus ojos y que otros ni imaginan. Ahora bien, le pierden las fiestas populares y si coinciden con alguna de sus expediciones, su regreso puede durar días.