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San Indalecio, patrón de la música almeriense

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No hay muchos almerienses que recuerden los auténticos orígenes de la Agrupación Musical San Indalecio. Fue en 1991 cuando un grupo de amantes de la música y la cultura empezó a organizarse en el colegio San Indalecio; hoy en día, este colectivo tiene su propia sede en La Cañada (Almería) y se considera la principal agrupación musical de la provincia.

Esta asociación ofrece distintos talleres y clases de música, como los de instrumentos clásicos tales como la guitarra o el piano, o las clases de aerobic y baile, amén de organizar conciertos y audiciones cada quince o veinte días. Estos conciertos suelen celebrarse en el auditorio Maestro Padilla o en la propia sede de La Cañada, y ya se han convertido en citas ineludibles para muchos almerienses.

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La Agrupación Musical San Indalecio es una entidad cultural sin ánimo de lucro que se constituyó con el objeto principal de ofrecer una alternativa cultural y de ocio a la juventud,  ayudándoles en lo posible a una salida laboral o profesional a través de la música; un proyecto que está hoy plenamente consolidado. Algunos de los componentes de la Banda, que empezaron de niños recibiendo sus primeras lecciones, han terminado ya sus estudios superiores o incluso son músicos profesionales, y otros muchos han adquirido conocimientos y una sensibilización musical que, con toda seguridad, les son útiles para su desarrollo y satisfacción personales, y además les abre la posibilidad de encauzar su vida en el mundo de la música.

El folclore almeriense sigue muy vivo gracias, en buena parte, a la gran labor de los músicos de San Indalecio. Para el que tenga alguna duda, aquí tiene un breve vídeo con la banda interpretando el típico fandanguillo de Almería en tierras gallegas:

Fandanguillo de Almería (San Indalecio)

Ubicación: carrera de Sacramento, La Cañada de San Urbano (Almería).

Horario: Abierto todas las tardes. Horario aproximado: de 4 a 22.00 horas (viernes y lunes más tarde)

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Sobre el autor

No hay cantina de ningún puerto donde este pirata no haya fondeado. Gran experto en la navegación nocturna, tiene una visión prodigiosa para avistar garitos en los que poder echar unos buenos tragos de ron. Su instinto innato para la fiesta nos lleva a los lugares más insólitos. Disfruta tanto de la noche como del día y cuando los primeros rayos de sol entran por los camarotes, este pirata se pone sus mejores galas para pasear por museos, librerías, exposiciones y salas de arte.