Plaza Central, inspirado en los bares clásicos de pescado

Si un bar ubicado junto al Mercado Central de Almería no tuviera pescado fresco a diario sería para encarcelar a alguien. Por suerte el Bar Plaza Central es uno de los de la zona que cumple estas expectativas. Pescado fresco y una cocina que ha ido de menos a más desde que abrieron, en agosto de 2012, hasta hoy.

No llega a estar en mi top de bares de tapas de Almería, pero sin duda lo tengo como parada obligatoria para una caña rápida (o vino) cuando paso por el mercado para hacer la compra y llevo algo de tiempo. También me gusta para quedar con grupos de amigos de tamaño medio (4 a 6 personas), porque sus raciones permiten compartir y probar muchas cosas sin que salga excesivamente caro. Su enclave estratégico es uno de los puntos fuertes de este establecimiento que antiguamente ocupaba el bar Cielo, un clásico añorado de la capital.

La carta de Plaza Central es abrumadora. Especialmente destacan amplia variedad de pescados tanto para tapear como en raciones para compartir. Una de las cosas que me gustan es que suelen tener berberechos y zamburiñas, moluscos poco habituales por los bares de Almería. Aunque por encima de todo, me pirra su tapa de jibia en salsa.

En su barra, los pescados plancha nunca fallan, y los fritos cada vez los hacen mejor. Cazón en adobo, gambas, almejas, pollicos, boquerones, o aguja, son otras de las tapas habituales. También hay que prestar atención a las tapas de olla. Dependiendo del día podrás encontrar opciones como trigo, callos, lentejas, cocido o guisillo, entre otras.

Algunas de las tapas más solicitadas por los clientes más fieles de esta barra son, además de la jibia en salsa, el atún plancha (lleva un suplemento de 2 euros), la jibia plancha, el bacalao con tomate, las patatas bravas, las patatas a lo pobre o la hamburguesa de buey. En cuanto a las raciones, tienen un precio único de 12 euros, y puedes pedirlas mixtas combinando dos opciones de su carta.

Como muchos de los bares surgidos en Almería durante la crisis, sus dueños no tenían experiencia previa en el sector. Aunque no sea un bar perfecto, tiene mucho mérito todo el trabajo que sale de su pequeña cocina que es gestionada por un grupo de mujeres sin formación profesional en hostelería. El servicio suele ser razonablemente ágil y atento. Una anécdota que me cuenta uno de los socios: En una ‘Noche en negro’, una de esas en las que la hostelería del centro colapsa de puro caos, llegaron a servir más de 1.700 tapas sin esperas excesivas, asegura.

En Plaza Central presumen de sus churros caseros con chocolate y de variedad de panes durante los desayunos. En estos días participan en la VIII Ruta de Tapas por Almería con una croqueta casera de bacalao.

En cuanto al espacio, tienen una pequeña pero coqueta barra alta y ancha de color blanco, siete u ocho mesas en el interior y una privilegiada y amplia terraza a la sombra de La Plaza. La pared del fondo se la encontraron cuando hicieron la obra, y según parece se trata de un muro de más de 200 años de antigüedad que respira historia.