Si hay un municipio idóneo para celebrar el XIV Festival de Música Renacentista y Barroca en nuestra provincia —y que me perdonen los otros 102 pueblos almerienses—, sin duda es Vélez-Blanco. Y antes de que potenciales prejuicios puedan hacerte perder el interés por esta cita con la música clásica, déjame adelantarte que, además de los distintos conciertos y talleres programados, se trata de una gran oportunidad para conocer artistas geniales y gente de lo más variada en lo que va a ser la edición más especial de todas las celebradas hasta la fecha.
¿Por qué digo esto? Casualidades de la vida, este año se produce una ‘conjunción planetaria’, de manera que el festival va a servir, entre otras cosas, para tener presentes tres acontecimientos históricos en su programación: el V Centenario del Castillo de Vélez Blanco, el V Centenario del nacimiento de Teresa de Ávila, y los 400 años de la publicación de la segunda parte de Don Quijote de la Mancha. «Historia y memoria cultural recreada a través de la percepción sensorial, la vista y el oído», dicen los organizadores. Y dicen bien.
Así que, desde hoy mismo hasta el 2 de agosto, al loro weekeros; si vais estando algo saturados del típico plan de sol y playa, y os gustaría apuntaros a un plan diferente a la par que sugerente, os conviene saber que esta cita es apta para todos los públicos (en cuanto a edades y preferencias musicales). Nos esperan una decena de actuaciones y recitales en la iglesia de Santiago, en el convento de San Luis y, por supuesto, en el Castillo de los Fajardo.
En estos lugares mágicos podremos disfrutar de la música que se escribía y escuchaba el Renacimiento y en el Barroco, o la creada en épocas posteriores en torno a personajes y acontecimientos de esa época. Por eso, básicamente, decía al inicio que ninguna localización como Vélez-Blanco para acoger el festival.
Además, en esta edición se ha querido dar un especial protagonismo a las voces solistas en las figuras de las sopranos Mariola Cantarero y Erika Escribá, así como la del barítono Iñaki Fresán. Junto a los talleres habituales en ediciones anteriores —órgano-clave, sacabuche, danza histórica, canto y canto coral— se incorpora este año el de orquesta de cuerda barroca. También se mantiene el Seminario Internacional de Historia y el Ciclo de Conferencias relativas a la temática del festival con el fin de profundizar en la investigación histórica y divulgar el ambiente cultural, musical y político de la época.
Termino recordando que allí, en la comarca de Los Vélez y al margen de todo lo narrado, Vélez-Blanco se antoja como el abordaje perfecto para cualquier pirata de bien. Además, podemos hacer muchas más cosas interesantes. ¡Qué se yo! Por ejemplo, pegarte una buena excursión de cueva en cueva por la sierra, o bien descubrir María o, lo que es lo mismo, el secreto mejor guardado de Los Vélez. Sin olvidar, claro, Chirivel y Vélez-Rubio. ¡Ah! ¡Y no te vayas sin probar las patatas La Velezana!
